Los cuadros que componen esta exposición, aunque en un formato más pequeño que en anteriores ocasiones, siguen recorriendo los senderos y laberintos de esos “Paisajes de Silencio” de otras exposiciones, y continúan siendo ( al menos ese es el planteamiento inicial) espacios a los que asomarse, esperando que sea las propias obras las que, de manera inesperada y sin explicaciones previas, puedan llegar a conectar con quien las contempla.
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